En primer lugar, Salud Oportuna mejora el acceso del paciente a la información sobre su diagnóstico y proceso de atención. Utilizando componentes análogos, como cartillas informativas, y canales digitales de fácil uso para los pacientes, como WhatsApp, el paciente comprende mejor cómo se organiza el proceso de su atención y en qué etapa se encuentra y puede aclarar dudas sobre su diagnóstico.

En segundo lugar, Salud Oportuna busca mantener un monitoreo del estado de salud de cada paciente durante su espera con el fin de detectar oportunamente casos de agravamiento que justifiquen acelerar el proceso de atención. Para ello establece mecanismos de coordinación entre los equipos de salud del nivel primario con los del nivel secundario y terciario, para que en los casos en que el paciente concurra a su consultorio por un agravamiento de su estado de salud todos los equipos de salud involucrados sean alertados y agilicen su atención.

En tercer lugar, Salud Oportuna busca mejorar el uso de los recursos escasos del sistema para brindar un cuidado continuo a cada paciente. Hoy muchos de ellos, después de largos tiempos de espera, son atendidos por un especialista, pero no logran tener un diagnóstico porque los exámenes que se había hecho están vencidos o faltaban algunos; o, en el nivel terciario, no logran iniciar su proceso prequirúrgico porque no están en condiciones de operarse. Salud Oportuna establece el rol de coordinador en cada unidad, ejercido por un profesional de la salud, quien gestiona el proceso de atención de los pacientes anticipando los exámenes básicos que requerirá en su primera consulta, agilizando los exámenes o procedimientos de mayor complejidad que requerirá para completar su diagnóstico o abordando tempranamente los factores de salud que garantizarán que podrá ser intervenido quirúrgicamente cuando sea citado. Este rol de gestión es clave para mejorar la eficiencia de cada equipo de salud y la experiencia del paciente.

Finalmente, Salud Oportuna también brinda un acompañamiento personalizado a los pacientes prioritarios por razones clínicas (sospecha de una enfermedad crítica) o sociales (personas con menor nivel de autoeficacia) para garantizar que puedan transitar a través de su proceso de atención en forma ágil y prioritaria.